Resumen
El presente artículo se centra en la visión arendtiana de los campos de concentración como imagen del infierno. Se explica que esta imagen aparece en la medida en que el hombre moderno es capaz de establecer una imagen en términos de dominio. Arendt asume que la producción moderna de la imagen del infierno descansa sobre dos supuestos: la inmanencia del mundo secularizado y la fenomenología de la apariencia. En este marco interpretativo, dependiente de la heideggeriana ontología de la totalidad, los campos de concentración fueron la imagen del infierno porque la deshumanización de las víctimas aparecía como una posibilidad factible. Se concluye destacando, de la mano de Lévinas, que esta interpretación arendtiana de los campos de concentración revela sus limitaciones al no poder pensar la alteridad más allá de la inmanencia del mundo.
Abstract
The present article focuses on the Arendtian conception of concentration camps as an image of hell. It is explained that this image appears to the extent that humans can build an image in terms of domination. Arendt assumes that the modern production of the image of hell rests on two assumptions: the immanence of the secularized world and the phenomenology of appearance. In this interpretative framework, dependent on the Heideggerian ontology of totality, the concentration camps were the image of hell because the dehumanization of the victims appeared as a possibility at hand. It is concluded by emphasizing, hand in hand with Lévinas, that this Arendtian interpretation of the concentration camps reveals her limitations in not being able to think otherness beyond the immanence of the world.